En 5 pasos: La forma correcta de pedir a Dios

¿Existe alguna cosa que quisieras pedir a Dios en este momento? ¿Hay en ti algún anhelo? ¿Alguna necesidad? ¿Quieres o deseas algo? Seguramente las respuestas a estas preguntas son afirmativas, porque todos en alguna proporción esperamos algo, anhelamos que suceda algo o tener algo. Estas necesidades son tan diversas como diversas son las personas en el mundo, no todos buscan lo mismo ni esperan lo mismo, pero muchos coinciden en una cosa cuando piden a Dios: ruegan o suplican que eso ocurra, que el milagro ocurra.

¿Qué pasa cuando rogamos y rogamos, y seguimos rogando y no se cumple lo que pedimos? El pensamiento que pasa por nuestras cabezas es: “Dios no me escucha”. Algunos incluso dejan de creer en Dios porque “si no me escuchó es porque no existe”.

¿Alguna vez te has preguntado si eso que pedías tanto, y que Dios no te dio, realmente era bueno para ti? ¿No te ha pasado que pediste algo y tiempo después dijiste: “Menos mal que lo que tanto pedí no ocurrió, y fue mejor así”?

¿Cuál será la forma correcta de pedir a Dios? Para explicar esto quiero tomar un ejemplo de la vida real que ocurrió hace poco más de un año. Ese día recibí un mensaje de L. G. donde me contaba que estaba muy triste porque quería tener un hijo, pero por más que lo anhelaba esto no se manifestaba. Había esperado ya un año entero y estaba tan triste que creía que Dios no la escuchaba. En mi respuesta le dije lo siguiente:

Querida L., a veces nos ponemos impacientes con las cosas que queremos alcanzar y cuando no lo vemos llegar con rapidez pensamos que Dios no nos escucha, pero es nuestra tristeza la que nos hace creer en eso. Dios sí te escucha, la pregunta correcta es: “¿Qué debo aprender aún?” o “Padre, necesito saber por qué aún no veo manifestado esto que tanto anhelo con mi corazón. Quiero a este hijo en mi vida Padre, quiero que venga a mí para darle todo mi amor, quiero ser una buena madre para él. Enséñame lo que debo aprender, guíame y cuando esté preparada para recibir este milagro entonces manifiéstalo en mi vida bajo la Gracia y de manera perfecta, en armonía para todo el mundo. Gracias Padre porque sé que me has escuchado”.
(…) No ruegues, por el contrario siéntate a conversar con Dios como si estuvieras conversando con tu mejor amigo, cuéntale tus angustias, pero sobre todo exprésale tu voluntad de ser una gran madre para ese bebé.
(…) ten paciencia y sobre todo fe. Lo que quieres sólo puede ser manifestado en el momento correcto y hay una razón para ello aunque no la entendamos hoy.

Estos mensajes fueron intercambiados en el primer trimestre del año 2015, y en el último trimestre recibí la maravillosa noticia de que nuestra protagonista estaba esperando un hijo. Me sentí muy feliz por ella, y agregué en mi respuesta lo siguiente: “… gracias a Dios por permitir este milagro. Es un gran compromiso el que tienes ahora, Dios te está dando la misión de hacerte cargo de una linda personita que será muy inteligente y que tú debes orientar para que sea una persona de bien…”. ¿Por qué se dice que es un gran compromiso? Básicamente porque en la oración le dijimos a Dios que cuando se estuviera preparada manifestara su bendición, y así fue. El estar preparada para tomar una responsabilidad tan grande como ser madre no es cualquier cosa. No todas las mujeres están preparadas para serlo. Le hemos dicho a Dios: “hágase tu voluntad”, porque hemos dejado en sus manos la decisión de elegir el momento correcto al decir: “y cuando esté preparada para recibir este milagro entonces manifiéstalo en mi vida”.

Otro punto súper importante en las peticiones a Dios es decir, como lo recomienda Conny Méndez, “bajo la Gracia y de manera perfecta, en armonía para todo el mundo”. Con ello nos aseguramos que nuestra petición esté en armonía con todas las personas, lo que yo estoy pidiendo no va representar una desventaja u obstáculo para otra persona. Una petición por más bien intencionada que sea no debe afectar negativamente a otro, entonces cuando dices “bajo la Gracia y de manera perfecta, en armonía para todo el mundo” es una forma de asegurar de que todo esté en justo equilibrio.

A muchos no les gusta la frase: “hágase tu voluntad”, por la sencilla razón de que a veces Su voluntad no es la mía, es decir, me puede negar lo que yo quiero. Es gracioso porque ciertas personas dicen: “hágase tu voluntad, pero recuerda qué es lo que yo quiero”. La Divinidad o Dios no funcionan así, si pones las cosas en sus manos entonces debes asumir que está en sus manos y Él decide. Y efectivamente te puede decir que no, pero hay razones para ese no aunque no lo comprendamos en un primer momento.

Resumiendo: ¿Cuál es la forma correcta de pedir a Dios?

1. Dios está cerca, Dios está aquí. No necesitas rogar o suplicar, no necesitas darte golpes de pecho. Él está aquí y ahora mismo. Está junto a ti escuchándote con suma atención. No necesitas subir el tono de voz, no debes sentir vergüenza ni mucho menos verlo como “inalcanzable”. Conversa con Él.
 
2. Define exactamente qué es lo que anhelas. ¿Cuál es la necesidad que tienes en este momento? Puede que necesitemos muchas cosas, pero define alguna para esta oración en específico.
 
3. Tómate unos minutos a solas. Intenta estar en tranquilidad, conectándote con esa paz y amor universal que nos rodea.
 
4. Con Dios puedes conversar. Siéntate tal cual lo harías con un amigo, habla con Él de manera natural, imagina que está escuchándote. Cuéntale acerca de tu tristeza, de tu necesidad y pregúntale de ser preciso sobre esas cosas que quieres saber, o qué es eso que te falta por aprender.
 
5. Termina tu petición en la conversación con lo siguiente: “…manifiéstalo en mi vida bajo la Gracia y de manera perfecta, en armonía para todo el mundo. Gracias Padre porque sé que me has escuchado”.

Recuerda que debes ser paciente. Dios puede manifestar cualquier cosa, pero nosotros estamos atados a los procesos de la naturaleza y de la vida física, por tanto, hay cosas que no se pueden manifestar ya mismo sino que deben cumplir un proceso o un tiempo. Puede que la espera sea muy difícil, por eso debes ser muy valiente y muy fuerte, y sé que lo vas a lograr.

De todo corazón, y si es algo realmente bueno para ti, espero que lo que anhelas se manifieste en tu vida bajo la Gracia y de manera perfecta, en armonía para todo el mundo. Gracias Padre porque siempre nos escuchas.

Dios nos bendice.

Waldylei

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